Sr. Director:
Lo último de Italia es la Carta de Valores, Ciudadanía e Inmigración. Un comité de expertos la ha redactado para el Ministerio del Interior. Inspirada en la Constitución italiana y en tratados internacionales de derechos humanos, el Gobierno pretende que la firmen las asociaciones religiosas de inmigrantes.
Si el ejecutivo, presidido por Romano Prodi, se ha dado tanta prisa para elaborar este texto es sencillamente porque en Italia viven 1.500.000 musulmanes, lo que hace del Islam la segunda religión por número de fieles.
La Carta de Valores declara que el matrimonio es una estructura monógama y está fundado sobre la igualdad de derechos y responsabilidades entre marido y mujer. De ahí que en Italia esté prohibida la poligamia como contraria a los derechos de la mujer y los matrimonios forzados o entre niños.
Quiere dejar bien claro dos puntos fundamentales sobre la educación infantil: los niños y las niñas tienen el derecho y el deber de ir a la escuela obligatoria y la opción de elegir enseñanza religiosa.
También aborda la polémica cuestión del velo, como no podía ser menos tratándose de un documento redactado principalmente para la numerosa colonia de musulmanes que viven en el país alpino. "En Italia –se lee en el texto- no son aceptables formas de vestimenta que cubran el rostro, porque eso impide el reconocimiento de la persona, y obstaculiza sus relaciones con los demás".
Para redactar la Carta de Valores, Ciudadanía e Inmigración, los expertos mantuvieron conversaciones con budistas, ortodoxos y el Consejo del Islam Italiano, organismo consultivo creado en 2005 para favorecer un diálogo provechoso entre el Estado y la comunidad islámica nacional.
Clemente Ferrer Roselló
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