La reforma del régimen de participaciones significativas eleva del 5 al 10% la exigencia de notificación a CNMV o Banco de España. O dicho de otra manera: la liberal progresía hace más fácil el asalto exterior a los bancos españoles. Todo ello revestido de trasposición de directiva comunitaria y de agilización de la tramitación. El Santander está defendido por el núcleo duro de los Botín, pero la nueva normativa coloca al BBVA más en el  mercado que nunca

Ya está aprobado el anteproyecto y queda que el Consejo de Estado dé el visto bueno. Nos referimos a la reforma del régimen de participaciones significativas en empresas de servicios de inversión y entidades de crédito. Vamos, en bancos. Actualmente se exigía que quien quisiera sobrepasar el 5% pidiera permiso al Banco de España o a la CNMV. La propuesta de reforma eleva el umbral al 10%, aunque se obliga a informar a partir del 5%.

Eso significaría que si un banco extranjero quisiera hacerse con una participación significativa de un banco español de hasta el 10%, podría hacerlo sin más requisitos que comunicárselo al supervisor si sobrepasara el 5%. Es decir, más liberalismo. De nuevo abrimos nuestras fronteras empresariales y financieras justo cuando los vientos soplan en dirección contraria en nuestro entorno. Tras la nacionalización temporal del Northern Rock, el Benelux se dispone a nacionalizar también el Fortis.

Por su parte, el ejecutivo Merckel ha aprobado una normativa que establece que ninguna entidad extranjera (también intracomunitaria) pueda tener más del 25% del capital de sociedades consideradas estratégicas. ¿Qué significa estratégica? Todo lo que el Ejecutivo de Berlín considere estratégico. Desde luego los bancos. ¿Se acuerdan cuando el City intentó hacerse con el Deutche Bank? Todo el stabishment alemán salió en bloque pidiendo una OPA alemana para evitar la entrada del capital americano. Lo mismo ocurrió en Francia cuando Societe Generale tuvo problemas. Sarkozy salió a los medios para señalar que no se le ocurriera a nadie que no sea francés hacerse con SG.

El nacionalismo empresarial se ha instalado en el Viejo Continente.  Bueno, en el Nuevo, también. Pero da toda la impresión de que España no se ha terminado de enterar. El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordoñez, debe estar feliz. Él siempre ha defendido la libertad de movimientos, la apertura de mercados y el liberalismo a tope. Lo mismo se puede decir del departamento que dirige Solbes. El vice ya dijo que le importaba un rábano la nacionalidad de la empresa que se hiciera con Endesa. Voilá.

La historia podría repetirse con los bancos. Argumentarán que al fin y al cabo nosotros compramos el Abbey sin que nadie nos dijera ni pío. Ergo reciprocidad. Lo que pasa es que precisamente ahora la reciprocidad no existe. La crisis financiera ha resucitado con violencia el nacionalismo económico. Es probablemente el peor momento de todos para tomar una decisión de este estilo.

Desde Economía se refugian afirmando que se trata de una directiva comunitaria. Y como ya se sabe, los españoles siempre somos los más listos de la clase para trasponer directivas. Y más liberales si hace falta. Faltaría más. Lo hemos hecho con Bolonia en Educación y lo hacemos ahora en las entidades financieras. Mientras tanto, el resto de nuestros socios comunitarios, wait & see.

Desde el Banco de España no se han querido manifestar sobre la nueva norma. Sin embargo, la institución siempre ha sido proclive al mayor control posible. Y en este caso, la situación se va de las manos. Pero ya se sabe: MAFO es un liberal y donde hay patrón no manda marinero. Así que explican la técnica: plazos más cortos y condiciones tasadas. El plazo para responder es de 60 días hábiles con silencio administrativo positivo, como antes. Las condiciones tasadas son un tanto espirituales: honorabilidad y solvencia del adquirente, honorabilidad de los futuros administradores de la entidad, la capacidad de la entidad de cumplir con las obligaciones normativas que eles resulten exigibles y la existencia de indicios racionales de la realización de operaciones de blanqueo o financiación del terrorismo. ¡Faltaría más!

La conclusión es obvia: los bancos españoles estarán más expuestos a operaciones extranjeras. El Santander está comprador y tiene un núcleo duro formado por el capital de la familia Botín. Pero el BBVA está en mercado. Y ahora, más en mercado que nunca. ¿La venganza de Zapatero a FG?