Mientras Juan Pablo II agonizaba en Roma, el Gobierno de Beijing tuvo a bien detener a dos obispos, un sacerdote y un laico. China y Rusia fueron los dos países que Juan Pablo II, más de un centenar de viajes apostólicos, no pudo visitar. En el caso de Pekín, no se debió a la presión de otros grupos religiosos o políticos, sino del mismo gobierno chino, que ha creado su propia Iglesia Patriótica, al servicio del partido. La información la tiene Zenit (Piche aquí).
Carlos Ocaña se confirma como el hombre fuerte de Telefónica, en representación de Moncloa... y de Florentino
11/12/24 18:08