Sr. Director:
La sabiduría popular afirma que "no hay peor ciego que el que no quiere ver". El ruido que acompaña a la propuesta de una nueva ley de Educación basada en el criterio de la calidad, en el rigor académico y en la libertad, desvela muchas cosas.
Se está utilizando la nueva propuesta de enseñanza de la religión y de los valores culturales, sociales y éticos como un arma arrojadiza contra la propuesta de ley y contra el ministro.
La falsa polémica se adereza con el mantra de que un gobierno de derechas, una vez más, hace lo que quieren los obispos. Una idea, a estas alturas de la democracia española, que resulta grotesca para cualquier observador imparcial.
Las mentiras recurrentes sobre la Iglesia hacen de ésta, desgraciadamente, un objeto de particular obsesión de algunos políticos y periodistas. Pienso que va siendo hora que en una sociedad madura se superen esterotipos del diecinueve.
JD Mez Madrid