Por su sentido de realidad, me parece que este escrito aparecido en un diario digital, hace justicia a Monseñor Munilla y a la Iglesia.
¿Estarán dispuestos los medios a echarlo a volar, o creen algunos que sólo merece la publicación aquellas noticias manipuladas que puedan confundirnos a los católicos?
Como en todo ejercicio profesional, tener clara la diferencia entre las buenas y las malas prácticas es básico para el bien de todos. Si hay un obispo en España que durante los últimos días se ha singularizado por atender a los medios de comunicación, incluso a aquellos que le habían maltratado previamente, ese es el nuevo obispo de San Sebastián, monseñor Munilla. Con motivo de unas declaraciones a la cadena SER, recogidas posteriormente por la Agencia EFE de forma escandalosamente manipuladora, monseñor Munilla está siendo objeto de una campaña de desprestigio que no termina en su persona y que tiene ahora como objeto de las manipulaciones la imagen de la Iglesia.
No hay institución social que se esté movilizando para dar respuesta a la catástrofe de Haití con más eficacia que la Iglesia. Ni los gobiernos ni las agencias internacionales tienen la capacidad de acompañar a las víctimas como lo hace la Iglesia.
Precisamente Monseñor Munilla anunciaba en esa entrevista el envío de 100.000 euros de Cáritas Guipúzcoa para las víctimas del terremoto. Pero ante la manipulación de sus palabras, ha hecho público un comunicado en el que reitera que el mal que sufren esos inocentes no tiene la última palabra, porque Dios les ha prometido la felicidad eterna.
En ese contexto, señala el obispo de San Sebastián, cuando utilizó la expresión "existen males mayores", se refería, en un plano teológico, a otro tipo de mal, al pecado de quienes vivimos en los países ricos y somos cómplices de una opulencia insolidaria hacia los pobres.
El peor sordo de todos, como dice el refrán, es el que no quiere oír y además quiere que los demás no oigan.
Keka Lorenzo de Astorga