La ideología enfermizamente anticatólica y llena de prejuicios que se propaga desde la progresía no podía dejar pasar la visitada del cardenal Bertone para criticarlo ásperamente.

Sr. Director:

Decían que Bertone ha venido a nuestra nación a sentar doctrina y prescribir sobre matrimonio, aborto, eutanasia y educación. No, mire usted, como es su derecho y obligación, ha expuesto el punto de vista moral sobre dichas cuestiones. Sin embargo, el Gobierno no propone su moral, sino la impone a todos, sin escuchar las voces que se manifiestan  a favor de la vida y contra el aborto o a que se le respete el derecho constitucional para que sus hijos sean educados según sus convicciones y no en las del Ejecutivo.
A la hora de despellejar viva a la Iglesia católica, la progresía española es una piña, la voz profética de la Iglesia revuelve las tripas de los que se les llena la boca proclamando libertad y democracia.

La fe cristiana es constantemente objeto de burlas, desprecios e injurias. A eso le llamo totalitarismo disfrazado de democracia. Para la progresía, en dos milenios de cristianismo, no hemos hecho ni una cosa buena, nunca veo a un católico insultar la increencia de un ateo, pero al revés, miles de veces. El que tiene los medios tiene el poder, y las creencias católicas son atacadas desde gran número de ellos, parece que les somos molestos, nuestra presencia en la sociedad quiere ser extirpada.

Los que hablan de Iglesia parasitaria, desfasada y privilegiada deberían tomar ejemplo del bien social que ejerce en los cinco continentes.

En cuanto a financiación, podrían aprender partidos, mundo del cine y sindicatos entre otros colectivos que reciben ingentes cantidades de dinero de los presupuestos estatales, la Iglesia recibe de la "X" de los fieles que voluntariamente marcamos en nuestra declaración de la renta

Juan Francisco Fernández Aguilar

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