La lógica más fuerte del libro y la más erudita, proceden de Teresa, una mujer dotada con un exuberante ramillete de virtudes y con el gravísimo defecto de ser mujer: terrible en sus planteamientos, tan terrible, recia y osada como la feminidad misma.
Recuerdo que les entrevistó en Popular TV el inefable Javier Alonso Sandoica, un cura-locutor al que podríamos definir como "entre col y col, lechuga". ¿Cómo llegar del ‘rock and roll' a Cristo? Pregunten a Sandoica. Pues bien, hay un momento de la charla en el que ambos autores-cónyuges son reclamados para dar un consejo final. Teresa Díez, que como buena madre de siete hijos se toma las cosas muy en serio, hasta la televisión, habla de querer al otro tal como es. Por contra, Basallo, sencillamente aconsejó: "Paciencia, mucha paciencia".
Alfonso es un punto despistado, por lo que no sé si se percató del doble, y contradictorio efecto que sus palabras podían provocar, pero fue muy divertido.
Concluido el delicioso volumen, sólo puedo resumirlo con uno de los consejos que leí, hace un montón de años, en un viejo libro sobre la relación hombre-mujer, uno de cuyos capítulos resumía todo el volumen en cinco palabras. "Más amor y menos técnicas". Pus eso. Porque, a fin de cuentas, ¿Cómo va ser feliz una juventud a la que hemos enseñado que el enamoramiento no es un cosa que termina en la cama sino que empieza en ella?
Eulogio López
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