Sr. Director:
Nuestra Vicepresidenta ha emitido un nuevo grito de guerra: "Apoyaremos la revisión y la elaboración de una nueva ley del aborto recogiendo las experiencias más innovadoras de las leyes europeas de indicaciones y plazos".

Es plenamente consciente de que hablando de Innovación invoca una de las palabras talismán de la modernidad, que demoniza como carca al que se oponga. Y aunque la razón demuestra que no toda innovación es buena, nuestro lado emocional conecta con las buenas vibraciones del vocablo.

Mafalda decía que era triste que se hubiera inventado antes la metralleta que la máquina de escribir. Se innovó antes en matar con rapidez que en escribir rápidamente. Los grandes tiranos innovaron mucho. ¿En qué se quiere avanzar en el aborto? Hay muchos campos, siempre que se ponga en último lugar el derecho a la vida: Quitar la objeción de conciencia, hacer normas flexibles para eliminación de residuos humanos, favorecer la ocultación de datos de las mujeres que abortan (y yo me pregunto, si lo consideran un derecho ¿por que avergonzarse?). Si quieren innovar, que recuperen el aborto por nacimiento parcial, derogado por el increíble Bush, consistente en descerebrar al bebé en pleno parto. Eso sí que sería innovador.

Lo peor de esta propuesta quizá sea el carácter de cortina de humo con la que nace. Los planes del PSOE eran otros (seguir con la ley del aborto libre con el coladero del aborto por depresión) pero como hay que lograr que se hable de cualquier cosa menos de crisis, les toca pagar el pato a los que no tienen ni voz ni voto, aunque tengan un corazón que late, vísceras, cabeza, sangre y sexo. Aunque sea a costa de forzar la doctrina del Tribunal Constitucional que impide leyes de plazos.

Santiago Chiva de Agustín

santichiva@yahoo.es