Este lunes, varios centenares de trabajadores de las oficinas de Viajes Marsans de Sevilla, Málaga y Córdoba se concentraron para pedir a los propietarios el mantenimiento de la actividad y soluciones de futuro para clientes y trabajadores. Otras manifestaciones se preparan ante la sede de la CEOE en Madrid, de la que Gerardo Díaz Ferrán es presidente.
La semana pasada Pascual y Díaz aseguraban tener un comprador. El principal acreedor, el Santander, no confiaba demasiado en la enésima promesa de solución. En efecto, poco después el supuesto comprador aseguró que simplemente estaba sondeando posibilidades. En el sector nadie quiere saber nada de Marsans y cada día que pasa la deuda va engordando.
Este lunes un nuevo rumor sobre la entrada de Orizonia y antiguos ejecutivos de Marsans alcanzaba los titulares de prensa. Sin embargo, Orizonia, que ya apareció como posible comprador, es acreedor de Marsans e interpuso una demanda para reclamar 40 millones de euros.
El penúltimo problema le llega a los hombres G desde Baleares. La Fiscalía Anticorrupción de Baleares investiga si el ex presidente de la Autoridad Portuaria de Baleares ofreció en nombre de Trapsayates, la empresa de servicios náuticos para embarcaciones de Viajes Marsans, amarres y dinero a cambio de trucar el resultado del concurso para la concesión del Club Marítimo de Mahón y permitirles mantener la concesión a sus antiguos dueños.
La naviera Grimaldi también solicitó ante el Juzgado Mercantil número 12 de Madrid, que Marsans presentara concurso de acreedores. Aunque la situación es cada vez más crítica para el Grupo, con aumento de las deudas y las demandas ante los tribunales, los propietarios se resisten a tirar la toalla.