La presidenta nacional de la institución de la Iglesia asegura que no los asume todos pero son una de sus grandes campañas

 

Durante la mañana de este lunes comparecía en un desayuno informativo organizado por el Foro de la Nueva Economía, Myriam García Abrisqueta, la presidenta nacional de Manos Unidas.

García Abrisqueta, una mujer de motivaciones religiosas profundas, como ella misma se ha declarado, arrancó su extenso discurso haciendo un balance general sobre el trabajo que ha desarrollado Manos Unidas en estos últimos 50 años, y que vertebró en torno al interrogante ¿Qué mundo queremos?.

Se refirió al Concilio Vaticano II para señalar que la caridad cristiana conlleva un cuidado diligente, en clara alusión al empobrecimiento generalizado que domina al planeta, al tiempo que entresacó citas de las encíclicas Populorum Progressio, cada persona es agente de su desarrollo espiritual o de la Novo Millennio Ineunte, hay que tener la capacidad de hacerse cercano con el que sufre. Referencias varias, pues, que representan de manera suficiente el modo de hacer de Manos Unidas como de Cáritas y otras instituciones de la Iglesia, de cara a dar sentido e identidad a los menos favorecidos. Buenas intenciones que en el desayuno supieron a poco.

¿Por qué Manos Unidas apoya los Objetivos del Milenio, uno de cuyos puntos tiene que ver con la salud sexual y reproductiva, es decir, el aborto?, pregunta Hispanidad. Asumimos unirnos a los Objetivos del Milenio, pero no en todos, sino como la oportunidad de saber qué compartimos y qué no. Nos unimos al movimiento para tener voz, pero no apoyamos iniciativas que no aportan soluciones de vida, contesta García Abrisqueta. Un modo curioso de afirmar que la presidenta está de acuerdo con estos Objetivos, aunque Manos Unidas sólo quiera tomar parte en lo que le interesa. Empleando un símil sencillo es como decir que estamos de acuerdo con los mandamientos de la ley de Dios, excepto con los que no me convengan. Pues no, oiga no. Si se está de acuerdo con los Objetivos del Milenio no se pueden poner notas a pie de página.

Por lo demás, Abrisqueta también contestó a otros asuntos:

Laicismo radical al que se refirió el Papa: Sí, estoy muy de acuerdo, aunque me gustaría que no fuera así. Soy partidaria de la cultura de la paz.

Valoración sobre el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia: Se recibe mucho más de lo que se da. En los 13 años que llevo de voluntaria represento a millones de personas que demandan una vida mejor. Es un privilegio. Todo el premio ha ido destinado para reconstruir Haití.

Crisis: Las aportaciones en España son generosas. La crisis no nos afecta en gran medida. Pero la subida de precios ha llevado a que muchas personas no puedan hacer frente a esa subida, por lo que algunas han muerto.

Presupuestos: Somos conservadores con el gasto. En el 2009 dispusimos de más recursos que en 2008. Ahora nos mantenemos en esos niveles. En cualquier caso hay que ser cautos.

Conflicto en Sahara: Ahora es imposible el trabajo allí. Los medios de comunicación carecen de libertad. Acompañamos al pueblo saharahui, aunque supera mis conocimientos saber si el pueblo mejorará.

Por último, sólo recordar lo que ya sucedió con Caritas, cuando hace años tuvo que renovarse porque no hablaba de Dios. Ahora parece que Manos Unidas está más cerca de movimientos panteístas. ¿Qué está ocurriendo?

José Luis Panero

joseluis@hispanidad.com