Siempre atento a las demandas del pueblo, el alcalde de Madrid, D. Alberto Ruiz-Gallardón, ha modificado a la baja la normativa para acceder al muy selecto cuerpo de bomberos. De esta forma, se evitarán lamentables desigualdades entre hombre y mujer. Resulta absolutamente machista, y por tanto intolerable para nuestro maestro de obras, que en la Comunidad de Madrid haya 3.000 obreros varones y sólo 6 sean mujeres. Pero es que en la capital del muy federal distrito, no hay ni una sola bombera, y claro, eso no pude ser.
Así que Gallardón, un hombre que por la igualdad entre los sexos (los cinco o seis tipos de sexos existentes) es capaz de todo, ha decidido aumentar las pruebas teóricas y su importancia en la puntuación final, que no todo va a ser músculo. Recordemos que la naturaleza, esa vieja ramera, es muy sexista, y le ha dado por crear a los hombres más fuertes que a las mujeres. Y claro, eso no puede ser. De esa forma, en mi próximo incendio, es muy probable que la susodicha no tenga fuerzas para sacarme de entre las llamas, pero, a cambio, tendré el consuelo de morir al lado de una experta en trigonometría, que eso siempre da mucho morbo.
Al mismo tiempo, los niveles mínimos exigidos se han relajado en las pruebas físicas pero, lo que es más importante, no se gradúan. Es decir, se otorga la misma puntuación a los que levantan las pesas (otra práctica repugnantemente machista) 20 o 25 veces, con lo que se evita toda discriminación.
Y, al final, Gallardón podrá otorgar el diploma a una mujer bombera, que de eso es de lo que se trata, si ustedes me entienden. Porque el señor alcalde no puede nombrar a una gobernadora o gobernatriz para el Banco de España pero, sinencambio Zapatero no podrá tener bomberas: ¡Chincha y rabia, Mr. Bean!
Esto es como el bombero torero, sólo que en paridad de género. Y muy hermoso, porque a la postre, lo que se demuestra, es que en la España progresista, la mujer no sólo tiene los mismo derechos que el hombre, sino incluso los mismos derechos que las mujeres.
Eulogio López