El Presidente Rajoy me ha defraudado. Está consiguiendo enderezar el rumbo de la economía en situación difícil, pero su falta de determinación en la defensa de la vida, como había prometido en campaña electoral, me parece un error.
Porque la economía es importante y en eso va acertando, pero la vida lo es más, y al no protegerla en su fase prenatal se equivoca.
En democracia tienen cabida un amplio abanico de opciones políticas, y es legítimo que cada cual tenga sus preferencias. Pero la convivencia en una sociedad plural sólo es posible si existe un consenso en asuntos importantes, si todos reconocemos que algunos asuntos quedan fuera de la esfera política y no son negociables, por ejemplo, el respeto por la vida humana ha de ser asumido por encima de ideologías y de concepciones políticas partidistas, si no queremos autodestruirnos.
Las diferentes opciones políticas, tienen un amplio margen de acción para competir entre sí defendiendo cada cual las que consideran mejores soluciones a los problemas que surgen en la vida; así, cada partido político puede presentar cuales son las medidas que según sus criterios son más convenientes, por ejemplo, para ayudar a la mujer embarazada que lo necesite.
Señor Rajoy: el 22 de noviembre yo también saldré a la calle para unir mi voz al clamor de tantos hombres y mujeres que vamos a manifestar que el respeto de la vida, necesariamente, tiene que estar por encima de ideologías. Porque las opciones políticas que proclaman como solución eliminar vidas humanas, en realidad propugnan opciones que socialmente son suicidas.
José Murillo