Alegan que, a los actuales precios del petróleo, la inversión es una locura. Por debajo de ese precio, las cuentas no salen.
Los rusos de Lukoil son como el cuento de Pedro y el Lobo: llevan tanto tiempo amenazando con dar marcha atrás en la operación algo que desean todos los españoles con sentido común- que sus bravatas ya no cuelan. Por cierto, si se sienten tan valientes es por la actitud del Gobierno español que, a pesar de su preferencias oficiales por la españolidad de Repsol, en el fondo ya ni oculta lo bien que le parece que los rusos, mafia incluida, se haga con la primera petrolera española y octava del mundo.
No, el problema ahora estriba en el precio. Los rusos se comprometieron a pagar 26,7 euros por acción, el precio al que compró Sacyr (ahora mismo Repsol cotiza en los 14,9 euros). Por debajo, los bancos pierden. Pues bien, los rusos aseguran que con los actuales preciso del petróleo, que en pocos meses ha pasado de los 140 euros por barril a los 40 en seis meses.