El ex ministro presiona al Gobierno para que se llegue a un acuerdo antes de las elecciones, que nunca se sabe quién va a mandar después. Se ha granjeado el apoyo de Inmaculada Rodríguez Piñero y quiere aprovechar la presencia de la SEPI. Atienza está obligado a lavar su imagen tras el apagón de Barcelona. Todas las empresas del sector se oponen a la estatalización de las redes de luz y gas, el viejo debate sobre infraestructuras
Luis Atienza, ex secretario general de la Energía y ex ministro de Agricultura con Felipe González quiere ser presidente de la empresa resultante de la fusión entre Red Eléctrica de España (REE) y la red de gas Enagás, que hoy preside Antonio Llardén, tan socialista como Atienza pero más liberal.
Atienza se reunió recientemente con la responsable de Economía del PSOE, la discreta Inmaculada Rodríguez Piñero, y se ha ganado su apoyo, al igual que tiene el apoyo de la SEPI, propietaria del 20% del REE y del 5%, pronto el 10%, de Enagás. Su argumentación es impecable: las infraestructuras deben ser del Estado, mientras los operadores que pagan por utilizarlos deben ser privados, y esto llámense Endesa, Iberdrola, Fenosa o Gas Natural. Así se hizo, por ejemplo, en Reino Unido.
Ahora bien, resulta curioso que, cuando empezó la legislatura, Atienza apostaba por esa unión y presentaba el modelo británico como precedente. Más tarde, cuando el Gobierno le dijo que no, Atienza recordó que el proyecto británico había sido un fracaso, y ahora, resulta que le vuelve a gustar… siempre que se haga antes de que termine la legislatura –las elecciones se presentan inciertas- y siempre que, naturalmente, él sea el presidente de la resultante.
Además, Atienza necesita lavar su imagen como responsable del apagón de Barcelona, y advierte que una REE-Enagas pública invertiría más en distribución de energía… y a lo mejor es cierto.
También se opone a la fusión el presidente de Enagás, Antonio Llardén, más que nada porque sabe que, aunque próximo a la Generalitat, Atienza tiene más valedores en el Gobierno central. En cualquier caso, ahora mismo REE vale 5.350 millones de euros, por 4.500 Enagás.
Pero no lo duden: los dos lo hacen por el bien de las infraestructuras energéticas.