La espléndida página Noticias Globales analiza las reivindicaciones de coherencia que los obispos norteamericanos exigen a los candidatos políticos estadounidenses, sobre todo en materia de familia y de vida.

De hecho, ha comenzado, a nivel mundial, un movimiento por la coherencia en la vida pública. Lo que está claro es que un político católico no puede dejar de serlo al llegar al Parlamento o al Ministerio.

Sr. Director:

Cada día son más intensos los llamados a la coherencia con la fe y la moral de la Iglesia, dirigidos a los políticos y electores católicos, por parte la jerarquía de los Estados Unidos. Tanto a los funcionarios públicos como a los políticos se les exige el rechazo del aborto, la eutanasia, el reconocimiento legal de las uniones homosexuales y las experiencias con células estaminales, lo que implica rechazar también la fecundación "in vitro". Al resto de los ciudadanos se les recuerda su obligación de ejercer su derecho al voto, y a la vez se les insiste que votar por candidatos que apoyen esos temas constituye una cooperación formal al mal.

Con el fin de ayudar en el discernimiento a la hora de votar, la agencia Catholic News Service (CNS), el servicio oficial de noticias de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, publicó, en el servicio del 16 de agosto pasado, un destacado texto sobre "las claras diferencias" que hay entre los candidatos a la Presidencia, George Bush y John Kerry, sobre el tema del aborto.

Dijo CNS que sobre ningún tema hay tan claras diferencias entre los dos candidatos como en lo que hace al aborto.

"En ejercicio de la Presidencia, -recordó la agencia-, Bush promulgó la ley prohibiendo el aborto ‘por nacimiento parcial' y su Gobierno la defendió en los estrados judiciales; promulgó la ley de defensa de los niños nacidos vivos; volvió a la ‘política de Ciudad de México', por la que se prohíbe el uso de fondos de los Estados Unidos para promover el aborto en otros países; se negó a subvencionar con fondos federales al Fondo para la Población de las Naciones Unidas porque esta institución promueve el aborto compulsivo y la esterilización forzosa; y ha nominado jueces federales que defienden la vida humana".

Por su parte, dice CNS, "Kerry, como senador, votó seis veces en contra de la ley que prohíbe el aborto ‘por nacimiento parcial'; fue co-firmante del proyecto de ley de libertad de elección (Freedom Choices Act), que prohibía a los estados poner límites al aborto; se opuso a que los padres de familia tuvieran injerencia en las decisiones sobre el aborto que tomaran sus hijos menores de edad; y ha prometido proponer para la Suprema Corte de Justicia, sólo a aquellos jueces que ‘respeten la libertad de elección de la mujer'".

El aborto es un homicidio

El 18 de julio, monseñor Charles Chaput, Arzobispo de Denver, recordaba que los políticos y funcionarios que no aceptan todo el contenido de la doctrina de la Iglesia sobre fe y moral, no podían llamarse católicos. "Estar a favor de la ‘elección', es decir, de asesinar niños, es incompatible con la fe católica. Pero no estamos en contra del aborto por principios religiosos, estamos en contra porque aborto significa el homicidio de niños no-nacidos. El aborto es un tema que afecta a los derechos humanos y a la dignidad humana. Sería como pretender callarnos cuando hablamos en contra de la esclavitud y de la segregación recial. Aducir la separación de la Iglesia y el Estado en estos temas es una táctica inescrupulosa. Defendiendo la dignidad humana no interferimos con el Estado ni con el Gobierno. Alentamos a nuestros fieles a votar en conciencia".

Reiteradamente a los largo de este año, monseñor Chaput ha insistido a los fieles de su diócesis que los temas sobre la dignidad de la familia, el matrimonio y la vida humana deben ser centrales a la hora de la reflexión electoral.

La homosexualidad es inadmisible

Raymond L. Burke, Arzobispo de San Luis (vid. NG 642), volvió sobre estos temas a raíz del plebiscito convocado por el Gobierno de Missouri sobre la definición de matrimonio, a fin de reconocer o no, en la Constitución del Estado, el llamado "matrimonio homosexual".

Monseñor Burke recordó a los fieles de su diócesis que deben ejercitar sus derechos y oponerse a estas pretensiones, recordando la inmoralidad intrínseca de los actos homosexuales y la ilicitud del concepto de "matrimonio homosexual". "Sería un error de cada uno de nosotros y un error por parte de la sociedad reconocer a las uniones del mismo sexo como ‘matrimonio'".

Recordemos que Missouri es uno de los Estados en los que la organización sectaria Mainstream Coalition, con la excusa de defender los derechos civiles, pretende "monitorear" los sermones en las iglesias cristianas a fin de "vigilar" si en ellos se predican los principios de moral natural que condenan la homosexualidad, (vid. NG 659, ¿Derechos civiles, libertad religiosa o persecución?). En estos días, se conoció el apoyo de John Kerry, de Ted Kennedy y de Hillary Clinton a la Mainstream Coalition, (vid. Americans United for the Separation of Church and State, agosto 2004).

Profesión de fe

Por otro lado, son varios los obispos que han pedido a todos los agentes de pastoral de sus diócesis, -sacerdotes y laicos; catequistas y encargados de áreas pastorales; profesores y maestros de instituciones católicas; etc.-, la renovación explícita y por escrito de su fe en la doctrina sobre temas de fe y moral de la Iglesia.

Por ejemplo, el nuevo obispo de Richmond, Virginia, monseñor Francis X. DiLorenzo, ha recordado que no se admitirá en ningún ámbito oficialmente católico la enseñanza y/o la predicación de temas morales según la llamada "teología del disenso".

Una de sus primeras medidas fue remover de su cargo a Judy Jonson, llamada "católica disidente" encargada de la comisión diocesana de la mujer, miembro de la Women's Ordination Conference (un grupo que pretende la ordenación sacerdotal de mujeres). Monseñor DiLorenzo dijo que tener a esta feminista anti-católica en una comisión diocesana es tan contradictorio como que un miembro del Hamas fuera profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén.

Católicos en la vida pública

Más recientemente, el arzobispo de Atlanta, John F. Donoghue, junto con el Obispo de Charleston, Robert J. Baker, y el Obispo de Charlotte,  Peter J. Jugis, publicaron una declaración prohibiendo a los sacerdotes de esas diócesis dar la Comunión a los políticos y funcionarios que públicamente hayan apoyado o apoyen el aborto.

La declaración, publicada en la página web Spirit Daily, señala que: "Los funcionarios públicos católicos que apoyan el aborto están cooperando públicamente al mal. Con su apoyo a la legislación pro-abortista ponen de manifiesto estar en situación de pecado grave, por lo que se los excluye de la Sagrada Comunión, por el tiempo en que persistan en su posición pro-abortista".

La carta continúa: "Debido a la influencia que tienen los católicos que trabajan en la vida pública sobre la conducta diaria de los ciudadanos y en el futuro de nuestra nación, declaramos que los católicos que se desempeñen en la vida pública y defiendan posiciones contrarias a las enseñanzas de la Iglesia sobre la santidad e inviolabilidad de la vida humana, especialmente aquellos quienes están o fueron elegidos para cargos públicos, no deben ser admitidos a la Sagrada Comunión en ninguna iglesia católica dentro de nuestras jurisdicciones: la Arquidiócesis de Atlanta, las Diócesis de Charleston y de Charlotte".

Para reconciliarse con la Iglesia y ser admitidos al Sacramento de la Eucaristía se les exige a esos políticos católicos que rectifiquen públicamente su apoyo al aborto. "Solamente después que ocurra la reconciliación con la Iglesia, con el conocimiento y el consentimiento del obispo local y el repudio público a su postura, se le permitirá a esas personas acercarse al Sacramento de la Sagrada Eucaristía".

La declaración concluye: "Tomamos esta decisión para salvaguardar la altísima dignidad del Santísimo Sacramento del Altar, y para reasegurar a los fieles en la fe, y salvar a los pecadores", (vid. Declaración católicos en la vida pública, NG. 649).

El aborto no es un tema más

A su vez, monseñor Robert J. Carlson de Sioux Falls (Dakota del Sur), en su mensaje del mes de agosto, rechazó la postura de aquellos que consideran al aborto simplemente un tema más a la hora de votar.

Recordó que el aborto es un crimen contra la ley natural y que oponerse al aborto obliga a cada católico bajo pecado grave que no admite ninguna excepción. Recordó la reciente carta del Cardenal Joseph Ratzinger a la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, en la que se dice que todo católico debe evitar la cooperación formal al mal, y que quienes deliberadamente votan por un candidato que esté a favor, por ejemplo, del aborto o la eutanasia, están cooperando al mal y no pueden acercarse a recibir el Sacramento de la Eucaristía.

También han hecho público que los políticos que apoyen el aborto no deben acercarse a recibir la Sagrada Eucaristía, entre otros, monseñor Bernard Harrington, obispo de Winona (Minnesota); el obispo de Lexington, Kentucky, monseñor Ronald Gainer y el de Wilmington, Delaware, monoseñor Michael Saltarelli. Éste último recordó a las instituciones católicas que no deben invitar a políticos abortistas, ya sea para exponer sus ideas en charlas, clases o conferencias o incluso a simples actos honoríficos.

Juan Bacigaluppi

NOTICIAS GLOBALES

noticiasglobales@hotmail.com

www.puertovida.com/noticiasglobales