La actitud de Rubal el Rojo con los grandes empresarios, agrupados en torno a Consejo Empresarial para la Competitividad (CEC) recuerda el viejo chiste del hombre que entra en una librería y pregunta: -Oye, caraculo, ¿tienes un libro titulado "Cómo hacer amigos"?
El CEC lanza un documento en apoyo del Gobierno, resaltado lo bueno, ocultando lo malo... justo en el momento en que Rubalcaba arremete contra los banqueros, culpándoles del endeudamiento excesivo y amenazándoles con rebajarles el sueldo. Y, al mismo tiempo, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, les solicita árnica para la difícil salida a bolsa de Bankia.
El CEC lo componen las 17 grandes empresas españolas pero tiene tres cabezas visibles: César Alierta, Emilio Botín e Isidro Fainé.
Empecemos por el final: el documento era presentado en Madrid el jueves 7 de julio, San Fermín, como un aplauso a la política económica del Ejecutivo Zapatero aunque, eso sí, la procesión va por dentro. De hecho, han roto relaciones oficiales con el Ejecutivo que en principio creyó que el CEC sería más razonable que la CEOE. No ha sido así. De hecho, sus primeros espadas están convencidos de que España ha tocado fondo, en parte injustamente, pero lo cierto es que la marca España está demonizada.
Además, los empresarios CEC habían pedido el despido libre -de subir salarios como compensación no hablaron claro está- pero eso es lo que pretenden, al igual que una reforma financiera mucho más drástica y una reducción del gasto público a lo bestia.
Sin embargo, Fernando Casado sólo ha llegado a la locución "acelerar las reformas".
En definitiva, el CEC ya espera la llegada del Partido Popular quien por cierto, no ha dicho esta boca es mía, lo cual mosquea bastante a los empresarios.
Miriam Prat
miriam@hispanidad.com