Sr. Director:

Uno de los "nuevos derechos" de los que se enorgullece el Gobierno es el Matrimonio homosexual. En este referéndum continuo que es la libertad que tienen los ciudadanos para hacer o no las cosas -buenas o malas-, ya tenemos los primeros resultados.

El dato de los 4.000.000 de candidatos al matrimonio gay que según nuestra Vicepresidenta se beneficiarían de esa medida, es desmentido de forma clamorosa por la realidad: de momento, según datos oficiales sólo 11.176 han optado por el matrimonio. Los demás prefieren lo que había, uniones multicolor: parejas de hecho, contactos esporádicos, cambios frecuentes de pareja, y lo que se tercie. Todo menos casarse.

La conclusión es que las personas que se casan con alguien de su mismo sexo son una mínima excepción. En términos futbolísticos, el matrimonio pierde la Champions frente a las uniones. Comparando los que se casan con los que conviven o se relacionan, es como si el encuentro deportivo tuviera este marcador: Matrimonio gay 2, Otras uniones gays, 665. Un palizón para el Guiness.

Y además de sufrir tan humillante derrota, hay sospechas de fraude de ley en el equipo matrimonial gay, por tener más jugadores extracomunitarios de los normales: si se suman los matrimonios mixtos y los celebrados entre dos extranjeros, suponen el 30,67% de los matrimonios homosexuales (más del doble que los heterosexuales). O sea, que si el matrimonio de conveniencia con inmigrantes ha aumentado, el coladero es proporcionalmente mayor en el matrimonio entre personas del mismo sexo. Son datos del INE.

Los gays no quieren bodas. Muchos sospechábamos que era un problema artificial de los que importan poco a los homosexuales españoles. Los datos lo confirman.

Santiago Chiva de Agustín

santichiva@yahoo.es