Sr. Director:
Hace unos meses salió la noticia de una pareja de homosexuales que tenía tres hijos fruto de inseminaciones artificiales de sus sémenes en una madre de alquiler. Recordarán que sacaron a sus hijos del colegio porque sufrían discriminación debido a su situación "familiar" (lo pongo entre comillas porque, aunque se empeñen en imitarnos, a las familias, no llegan a serlo).
Yo soy una madre de FAMILIA con tres hijas, que tiene que aguantar que la miren por la calle cuando pasea con ellas. Ningún miembro de mi familia somos cojo, ni tuerto. ¡Nos miran porque con mis 29 años tengo la osadía de tener tres hijos! Algo tan normal como es el que nazcan hijos fruto del amor entre mi marido y yo, hoy es una rareza tremenda. Somos una raza en extinción, me dijo una señora que se cree muy "progre", pero que no sabe cuánto tiene que agradecerme porque este país lo levantarán mis hijos y los de tantos que, como yo, no somos tan "progres".
Volviendo al tema, en esos días en los que la noticia de los homosexuales la daban en todos los medios, oí en la puerta del colegio alabanzas para con estos señores. Pienso por mi parte que es muy valiente hoy en día tener tres hijos, y que estos señores han tenido mucha generosidad en tener tres criaturas.
Estando en el punto que estamos, donde todo el mundo reclama respeto, tolerancia y comprensión. ¿No creen ustedes que es injusto que esta sociedad, que tanto pide, todo esto no me lo de a mí? Lo que siempre hemos tenido, ahora se tambalea y peligra el futuro social, la seguridad social, y todo lo que hasta ahora proporcionaba la familia.
Pido, igual que todos pueden hacer "lo que les de la gana" y además tener leyes que les respalden, poder tener todos los hijos que Dios me mande, pasear con ellos sin ser mal mirada, y una ley que me proteja y me ayude para que nadie usurpe mi puesto en la sociedad y
María Algar
mplrt@tiscali.es