Madrid, a la cabeza de los endeudados.
Reunión de la patronal de la construcción, SEOPAN, con el Ministerio de Fomento, el pasado martes 1 de junio.
La situación es ésta: según la normativa de pagos en preparación las administraciones públicas deberían pagar a sus proveedores a 30 días y los privados a los suyos a 60. En la práctica, ayuntamientos, diputaciones, comunidades autónomas, etc, están pagando a una media de más de 200 días. Es cierto que están obligados a pagar varios puntos por encima del precio legal del dinero en intereses de demora, pero tampoco lo cumplen. Saben que tiene la sartén por el mango por una doble razón: son públicos y son contratistas.
Por tanto, los constructores exigen al Gobierno que no se aplique el periodo de 60 días y dejen libertad para pagar con sus proveedores cuando les venga en gana. En otras palabras, que los grandes puedan retorcerle el brazo a las pymes como a ellos se lo retuercen los ayuntamientos.
Por cierto, entre los constructores y proveedores de servicios ya pululan las listas de morosos recalcitrantes. Por ejemplo, es famoso en el sector el caso de Jerez, ayuntamiento en bancarrota, o el de la Línea de La Concepción que no paga ni al panadero. O el de León, moroso recalcitrante. Eso sí, el más endeudado es, naturalmente, Madrid, cuyo alcalde, astuto gestor, ya ha decidido que si no puede pagar la recogida de basuras lo mejor es reducir la recogida y el reciclaje. Buena medida: así estaremos más mugrientos pero pagaremos más a tiempo. Ahora que llega el verano, a lo mejor Madrid huele a biomasa.
Miriam Prat
miriam@hispanidad.com
