No dice cuál es su talismán. Pero podemos intuirlo. Sabe que la derecha extraparlamentaria son apenas 40.000 votos. No hay caladero. En cambio, sí lo hay en el centro, donde podría arañar cerca de un millón de votos de personas descontentas con la radicalización de Zapatero. Ya lo ha hecho en estas elecciones y se trataría de avanzar en esa dirección. Por otra parte, es más que previsible que Zapatero vaya a ser tentado de desplazarse hacia la izquierda. Tras el derrumbe de Izquierda Unida -que hasta se plantea reconvertirse en Fundación- el PSOE sabe que tiene un caladero de un millón de votos muy apetecibles y potencialmente suyos.
Sobre este esquema básico, tres son las tentaciones de Rajoy. La primera es la siguiente: "hemos perdido en el País Vasco y en Cataluña por un discurso marcadamente españolista que deberíamos de moderar". Y más: "necesitamos moderar nuestro discurso para poder pactar con los nacionalistas moderados". En realidad no es cierto. Han perdido en Cataluña -a pesar del desastre de las infraestructuras- porque el PP es observado con odio visceral. El pacto del Tinell y el ‘cordón sanitario' fue posible en Cataluña porque la sociedad está adoctrinada contra el PP, el origen y el fin de todos los males.
Probablemente si Rajoy y sus chicos viajaran más a Barcelona y Bilbao, los nacionalistas se darían cuenta de que no tiene tridente ni cuernos ni rabo. No hace falta que renuncie a su idea de España. Es más, no debe hacerlo. Los nacionalistas distinguen al pata negra y respetan a quien no piensa como ellos. Pero sí hace falta desterrar los sentimientos anticatalanistas que en España -y en Génova- son. El ‘lapsus linguae' de Esperanza Aguirre hablando del eventual traslado de la sede de Endesa a Barcelona como "sacar fuera de España", no ayuda nada. Cataluña es España. Lo que es bueno para Cataluña es bueno para España. Por lo mismo, el catalán es español. Por eso es bueno que la princesa Leticia se dirija en catalán en Barcelona. Y eso no significa renunciar a creer en un proyecto común llamado España. En Madrid y en Barcelona.
Lo mismo puede decirse del País Vasco. Máxime con un PNV que es incapaz de soltar amarras de los radicales e impide una moción de censura a ANV en Mondragón. Siguen siendo los ‘recogenueces'. Y frente a quienes comparten objetivos -y quién sabe si estrategia tácita- con los terroristas, la libertad, la democracia y la firmeza. Por lo demás, no pasa nada por visitar Bilbao, hablar con los empresarios, asistir a un partido de pelota y pisar San Mamés. Eso es hacer España tanto -o más- que visitar Almería o Murcia. Y no significa renunciar a nada. Sólo cuidar las formas y no confundir los sanos regionalismos con el pernicioso nacionalista.
La alternativa es el perfil bajo y la tentación federalista marcada por los ‘barones' autonómicos. Una vez "abierto el melón" que diría Matas, homosexual el último, que digo yo. Una dejación irresponsable que por otra parte, abre un espacio de oportunidad a una UPyD (Rosa Díez) que ha cosechado la mayoría de sus votos entre los votantes del PP que esperaban un discurso más contundente.
Segunda tentación. "Debemos marcar distancias con los obispos porque eso nos perjudica". ¿Cuál ha sido la cercanía con los obispos? El propio Rajoy señaló en El Periódico que no actuaban al dictado de los obispos. Y Mons. Rouco no sólo no permitió que los políticos estuvieran en la tribuna del acto del Día de las Familias (30 de diciembre), sino que dio orden también de que la señal institucional (Popular TV) no retransmitiera la imagen de la presencia de ningún político.
Por otra parte, la debilidad del PP en materia como la ‘matrimonialización' de las uniones homosexuales o el aborto no han proporcionado votos. Probablemente los ha restado. Porque el cristianismo no es incompatible con los llamados principios liberal-conservadores, sino más bien todo lo contrario. Así que sería el momento de que los cristianos del PP -que los hay- comiencen a movilizarse de cara al congreso de junio. No hacerlo sería perder una oportunidad de oro en este magma que es el partido actualmente. Conviene recordar que fue el mismo Mayor Oreja quien antes de las elecciones advirtió que "ganara quien ganara", existe un amenazante proyecto laicista al que sólo se opone la Iglesia. Un reconocimiento explícito de que el ‘alma laica' también está presente en el PP. Soraya Saénz de Santamaría es un buen ejemplo, aunque sea de segunda derivada. Por eso ha contado con los aplausos de la prensa más radical. ¿Qué hará el ‘alma cristiana' del PP? La omisión también es dolosa.
Tercera tentación. "No tenemos que movilizarnos demasiado porque nuestra movilización ha provocado una reacción de la izquierda". Ergo: lo mejor es permanecer calladitos, no hacer mucho ruido y esperar a que la izquierda se desgaste. En una España sociológicamente de izquierdas no es posible que la derecha gane de otra manera. Es la ‘doctrina' de Pedro Arriola, ese gurú de la imagen y la sociología que lleva dirigiendo el timón del PP desde hace demasiado tiempo.
La afirmación resulta antidemocrática y además mentirosa. Si como consecuencia de la movilización ‘popular', se moviliza también la izquierda es que tenía que gobernar la izquierda. Pero es que tampoco es verdad. Lo que hace falta es que la movilización del PP sea coherente, firme y consistente. No vale recoger firmas contra el Estatut y luego firmar lo mismo en Valencia, por ejemplo. No vale presentar un recurso de inconstitucionalidad a la ‘matrimonialización' de las uniones homosexuales y después afirmar que el asunto dependerá de la "oportunidad política". ¿Y Uds. son los que nos critican de relativistas morales? Se pregunta con razón De la Vega.
En resumen: el PP debe de tener un proyecto social alternativo. No sólo necesita líder y equipo, que también. Necesita al menos dos o tres ideas fuerza, coherentes y consistentes. El PP de Aznar tuvo tres: España y la lucha antiterrorista, la economía y la creación de empleo, el atlantismo y la alianza con Bush. ¿Cuáles son las ‘patas' del PP de Rajoy? No existen. Ese es el problema. Por el contrario, Rajoy parece abducido por estas tres tentaciones, garantía absoluta de una tercera derrota. Si en junio no ocurre nada, claro.
Luis Losada Pescador
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