Las sociedades protestantes, aquellas en las que triunfó el protestantismo, tienen serias carencias en cuanto a lo que llamamos cohesión social, o capital social.
En realidad, la base de esta cohesión en las sociedades protestantes es la religión. En cuanto falla la religión, como falló a principios del siglo XX y como está fallando desde hace algunas décadas, todo se derrumba.
Hemos vuelto a verlo en Inglaterra estos días. El genio de los norteamericanos consiste en haber preservado la religión en su vida, la privada y la pública, gracias a lo cual el lazo social no ha llegado nunca a deshacerse, al contrario. Si alguien quiere imaginar lo que debe de ser el infierno, no tiene más que pensar en unos Estados Unidos sin religión…".
"Por eso mismo, el catolicismo ha contribuido a crear sociedades plurales, pero no segregadas, y además trabadas, resistentes, de una vitalidad extraordinaria".
Ya veremos a ver qué pasa con los musulmanes, o con aquellos grupos marginales que si bien son católicos, o de tradición católica, sin embargo se automarginan al ceñir la convivencia a sus hábitos étnicos, más bien etnicistas o raciales, racistas. Llevamos 500 años con gitanos y la convivencia no es conflictiva pero tampoco modélica.