La cadena estadounidense por cable WGN America está rodando la serie Los 10 Mandamientos. La ficción televisiva está tomando un nuevo impulso gracias al éxito de La Biblia. No es la única producción que está en marcha sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento.

La Biblia dio muchas pistas sobre el interés de los espectadores sobre este género televisivo. Emitida en todo el mundo, consiguió una audiencia, en Estados Unidos, de 13,2 millones de espectadores y 100 millones a nivel global.

También he visionado la película La Pasión de Cristo, dirigida por Mel Gibson, que me ha impresionado. Le sugiero a Gibson que adapte la película a la pequeña pantalla a través de una miniserie. Muchas películas abordan la vida de Jesús de Nazaret. El espectador cristiano, conocedor de los hechos históricos, que alimentan su fe, es muy exigente. No acepta cualquier cosa a la hora de ver representado a su Señor.

Los evangelios incluyen multitud de relatos, parábolas, milagros, enseñanzas, viajes..., en los que intervienen numerosos personajes. Dar unidad a todo, y presentarlo atractivo y creíble, no resulta sencillo. Llega Mel Gibson hace 10 años con una idea razonable, pero que nadie había acometido hasta ahora: hacer una película vibrante y minuciosa, nada relamida, que se centre en la Pasión.

Acierta Gibson al dar con el elemento aglutinador del filme: Cristo ha venido al mundo movido por el amor, para redimirlo del pecado y acepta para ello su pasión y muerte. Tiene una misión que cumplir, con un sentido, y esos sufrimientos terribles no son un fracaso: liberan, y llevan a la resurrección.

Desde que Jesús es prendido en el huerto de los olivos, es sometido a todo tipo de vejaciones. Le obligan a colocarse vestiduras ridículas, le desnudan, le azotan salvajemente, le coronan de espinas.  

El gran acierto de Gibson es ofrecer la mirada de la Virgen María, muy bien interpretada por Maia Morgenstern (en la imagen). El espectador sufre con ella los dolores del hijo.

Clemente Ferrer
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