Lo que es contar con un gran estadista al frente del Gobierno. Rodríguez Zapatero no pudo estar con el Papa sino en su despedida en el aeropuerto de Barcelona

Lamentablemente se vio obligado a acudir a Afganistán, que queda muy lejos de Barcelona, y aún más de Santiago de Compostela, en visita seguramente importante aunque seguramente no urgente.

Fueron siete minutos de conversación pero a un talento como ZP le bastaron para explicarle al Papa que, para mejorar la economía -de eso sabe mucho-, así como las condiciones de vida en el mundo, amén de reducir las diferencias entre ricos y pobres, hay que regular más los mercados financieros.

Es cierto que sólo hay dos maneras de luchar contra la especulación privada: freírles a impuestos o dejar que los especuladores quiebren. La segunda es más eficaz que la primera: se trata de golpear al capitalismo financiero con sus propias armas. Cuando se deje caer a los bancos en crisis y los ejecutivos bancarios sepan que nadie va a ayudarles si se comportan de forma irresponsable empezarán a comportarse decentemente.

Ahora bien, el problema actual no sólo es de especulación privada, sino, sobre todo, pública. De la misma forma que los bancos y fondos crearon una burbuja artificial de liquidez, los mayores creadores de burbujas especulativas han sido los gobiernos, con sus emisiones constantes de bonos. Los banqueros han sido irresponsables pero más irresponsables han sido los gobiernos, al endeudarse más y más, generalmente para ganar voluntades -votos- con subvenciones y prestaciones públicas y luego verse obligados a subir los impuestos a familias y empresas.

No hombre no. Al capitalismo financiero hay que golpearle con sus propias armas: si las leyes del mercado imponen una quiebra, nada de ayudas monetarias: que quiebren.

Y no me vengan con la tontuna de que puede quebrar Irlanda. Irlanda no puede quebrar como no quebró Grecia. Lo que quebró fue la deuda griega y, si nadie hubiera corrido en su auxilio, los más perjudicados hubieran sido los especuladores que obligaron al Gobierno de Atenas a emitir al 14% si querían que les siguieran comprando o refinanciando el bono griego. No quiebra Grecia, quiebra la deuda griega, que no es lo mismo.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com