Ya hemos dicho que la Píldora del Día Después (PDD) es abortiva. Ya hemos dicho que tiene efectos secundarios. Ya hemos dicho que es la bestialidad más gorda de cuantos practican el mercado de la muerte, entre otras cosas porque posibilita el aborto entre adolescentes a espalda de sus padres, y porque supone el cenit de la banalización de las relaciones sexuales. Ahora, Noticias Globales denuncia que hasta el Colegio de Médicos de Barcelona, que no se distingue, precisamente, por su amor a la vida, comienza a poner reparos a su uso.
Los hechos son tercos, pero la verdad lo es mucho más.
Eulogio López