Escandalizados están algunos de que el Gobierno Zapatero haya decidido subir el salario mínimo interprofesional desde los 460 a los 490 euros mensuales (ojo, es importante que hablamos de ingresos brutos, no netos, por 14 pagas al año). Predicen grandes catástrofes por estos 30 euros de subida (unos 24 netos), con lo que seguramente los españoles con salarios más magros podrán darse a la molicie, al lujo y quien lo trujo. Consideran que la única medida sensata, al menos en materia económica, que ha propiciado el Gobierno Zapatero, nos condena a todos a las listas del paro.

 

Lo cierto es que la subida debería haber sido mucho mayor. Con esto, el PSOE incumple su promesa electoral, que no fechó, de una subida lineal del SMI hasta los 600 euros. Habrá que volver a recordar, también, que los 600 euros ya fueron objetivo del Partido Popular ¡en 1996!, porque todo el mundo coincide en que el salario mínimo español es realmente mínimo.

Pues bien, con la subida decretada por el ministro de Trabajo, Jesús Caldera, seguimos en la cola de Europa: el español continuará siendo el salario mínimo más mínimo, después de Portugal, sólo que Portugal no sirve, dado que inició la buena costumbre del SMI, como quien dice, anteayer.