La reforma de la Constitución no ha sido ni es una de las prioridades del presidente Rajoy.
Da a entender que, simplemente no lo ve claro ni oportuno porque no existe el consenso necesario ni el momento
socioeconómico es el más adecuado, hay que reconocer que estas dos
apreciaciones son ciertas.
Es posible que el estribillo socialista de revisar el texto constitucional suene agradable a algún que otro
ministro, pero desde luego no le hace ninguna gracia al presidente del Gobierno, para quien lo más importante es salir de la crisis, combatir el paro, participar activamente en el proceso de unidad europea y la consolidación de la Monarquía.
Siendo ciertos los objetivos anteriores, pienso que es necesario plantear el problema nacionalista, ya que para salir de la crisis, combatir el paro, participar en la unidad europea y consolidar la Monarquía se ha de contar con todas las
fuerzas del Estado.