La historia de dos mujeres en crisis, que viven en diferentes épocas, confluyen en esta película de Luis Puenzo. Una es escritora, vive en el Madrid actual, acaba de separarse y le han diagnosticado un cáncer de mama. La otra es una joven corista, que vive en el Buenos Aires de los años 30, y se enamora del hombre equivocado. Ambas mujeres, como las ballenas que aparecen en la película, están varadas.
El arranque de la película de Puenzo tiene fuerza y parece que intenta bucear en el alma femenina pero pronto, a partir de la llegada de la corista al burdel, la película se convierte en una película sórdida y desagradable. Las dos mujeres protagonistas no parecen encontrar otra solución a sus problemas que mantener una activa vida sexual. De tal forma que los personajes quedan planos e insignificantes.
Ni la estupenda fotografía de José Luis Alcaine, ni el magnífico trabajo en animación 3D y producción de efectos digitales de Juan Pablo Buscarini son capaces de elevar la calidad de una película en la que lo único puro y auténtico son, precisamente, las ballenas de poliuretano.