El presidente francés busca alternativa al eje franco-alemán
Los colores no importan. El eje franco-alemán es liberal-conservador, además de ser tradicional en Europa. Pero Merkel ha aceptado liberalizar algo su sector energético y exige reciprocidad a su homólogo francés. Así que Sarkozy busca un recambio a ese eje Paris-Berlín. Máxime cuando su popularidad se encuentra por los suelos habida cuenta de sus devaneos afectivos.
Ahora la pinza se llama Paris-Londres. Fue el eje Brown-Sarko quien convocó la mini cumbre europea para afrontar la crisis financiera. Ya saben, esa crisis en la que España no estaba invitada. ¿Por qué había de estarlo si España siempre ha negado la existencia de una crisis? Y el que osara mencionarla: ¡antipatriota!
Tras la minicumbre buen rollo entre ambos mandatarios. Sumaron esfuerzos en la promoción de la energía nuclear. Brown dio el pistoletazo de salida y la industria se echó en plancha. Francia es una potencia nuclear desde hace tiempo. Así que ambos han decidido desarrollar los nuevos reactores nucleares y exportarlos por el mundo. Un negocio a pachas. La última actuación conjunta es pedir a los bancos que se retraten de una vez, que saquen sus vergüenzas al aire, cuenten sus miserias y echen borrón y cuenta nueva para evitar que la sangría de la pérdida de confianza se prolongue por más tiempo. Para la construcción de Europa y el ‘minitratado' de ‘Sarko', Londres también puede ser buen aliado. O al menos una buena alternativa a Alemania.
Todo un eje donde España –otra vez- está fuera. Ni aceptamos la energía nuclear, ni queremos enfrentarnos a la crisis ni poner a los bancos contra las cuerdas. La debilidad tiene su coste.