• Acusa a Putin de estar atacando a Ucrania, pero Kiev advierte de una crisis a gran escala en el corazón de Europa.
  • También preocupa a la Alianza el ascenso del yihadismo y las atrocidades horribles en Irak y Siria.
  • Discute cómo ampliar de 4.000 a 18.000 soldados una fuerza rápida de intervención en los conflictos.

La Alianza Atlántica tiene dos grandes preocupaciones en este momento: Ucrania y el avance del Estado Islámico en Irak. Con ese telón de fondo, el secretario general, Anders Fogh Rasmussen (en la imagen) ha dejado claro que la cumbre de la OTAN en Gales no es una cumbre cualquiera. Todo lo contrario, "es una de las más importantes en la historia de nuestra alianza; una cumbre crucial en un tiempo crucial". Rasmussen pone sus argumentos sobre la mesa: Rusia está atacando Ucrania, y en Irak y Siria vemos el ascenso del así llamado Estado Islámico que ha cometido atrocidades horribles. Vemos violencia, inseguridad, inestabilidad".

Sobre Rusia, con quien Europa comparte valores importantes -al contrario que con los inhumanos yihadistas-, queda claro que la actitud de Vladimir Putin está poniendo nerviosa a la Alianza por el siniestro juego que se trae en las fronteras comunes con Ucrania.

Rasmussen ha vuelto a pedir al Kremlin que retire sus tropas de la frontera común. La "desestabilización de la situación en el este de Ucrania" ocupa buena parte de los debates de la cumbre y no descarta ofrecer a Kiev que se una a la Alianza

Un oficial de la OTAN ha asegurado a Reuters, incluso, bajo condición de anonimato, que Rusia mantiene en territorio ucraniano "varias miles de tropas de combate (...) equipadas con cientos de tanques y vehículos blindados".

Rusia se enroca ante la evidencia. Cree que el problema no coincide con los ojos occidentales, sobre todo con Obama. Así lo ha expresado el ministro de Exteriores, Serguei Lavrov, en su derecho de advertir a la OTAN, cómo no, que ni se le ocurra ofrecer a Ucrania una entrada en la Alianza. Sería muy fuerte, a pesar de los valores que comparte con Europa, tener el 'enemigo' tan cerca. Por eso ha pedido también a Kiev y a los separatistas prorrusos que apoyen el plan de paz de Putin. Sólo así se evitará, ha dicho, una crisis a gran escala en el corazón de Europa.

Y tras Rusia, como no puede ser menos, las barbaridades que el Estado Islámico en las zonas que controla. Eso también preocupa a la OTAN, aunque es justo destacar que la inestabilidad en esa zona tiene un culpable: política fallida de Estados Unidos en la región, desde Libia hasta Irak.

Mientras a millones de personas les preocupan las atrocidades del Estado Islámico que están viendo en televisión, la OTAN sin negar lo nauseabundo de lo anterior, cree que "los acontecimientos en Irak y Siria amenazan nuestra seguridad en casa". Vaya por Dios.

Hispanidad ha contado con detalles e imágenes de muchas de las barbaridades del Estado Islámico y hoy jueves también, al explicar el trato humillante que propinan a las cristianas. Pero la OTAN, dice, no ha recibido todavía ninguna petición para participar en los bombardeos estadounidenses contra los yihadistas. Obama, se ha filtrado, puede aprovechar la cita de Gales para perdirlo formalmente a los aliados. Los únicos que han dicho algo en ese sentido son el británico Cameron y el francés Hollande, pero sólo que estudian su participación en esos ataques.

Los 28 mandatarios de la OTAN tienen previsto aprobar también medidas para reforzar la defensa y en esa órbita está el llamado Plan de Acción Rápida, que permitiría un despliegue rápido de 18.000 militares (4.000 más que ahora) en zonas en crisis.

Toca esperar y resultados.

Andrés Velázquez

andres@hispanidad.com