Pizarro le pide a Caja Madrid que se quede para lograr los "4 dieces por ciento". E.ON no cambia la cláusula suspensiva del 50%. Si no consiguen el control de Endesa se marcharán sin comprar una sola acción. En Bruselas se hacen cruces con las premoniciones de Clos y ENEL se cree más fuerte que nunca. Fulvio Conti sueña con la retirada de E.ON. El fantasma del troceo pende sobre Endesa. Los Entrecanales pueden acabar como los Del Pino, con la división del patrimonio familiar
José Manuel Entrecanales se confiesa hombre de muchas aficiones. Le gusta repetir que de buena gana dejaría de trabajar 14 horas diarias –contando el tiempo de comidas y actos sociales varios, claro está- y se volvería al sur, donde antes pasaba tantos fines de semana. Porque a día de hoy, una semana antes de que finalice el plazo de OPA, las espadas siguen en alto: José Manuel insiste en mantenerse en Endesa y su tío Juan y su primo Juancho en vender. Lo que está claro es que los Entrecanales nunca mandarán en Endesa y que, a costa de Endesa, han endeudado a la compañía y pueden acabar como los Del Pino: dividiendo el patrimonio ante la falta de acuerdo.
Más locuras. Por su lado, el titular de Industria y Energía, el ministro Joan Clos, quiere disputarle a Miguel Ángel Moratinos el titular de ministro más atrabiliario. Sus instituciones y premoniciones son comentada con estupor en Bruselas. Ahora ha consultado a los hados para hacer feliz a Fulvio Conti, el CEO de la italiana ENEL. Los estatales de Romano Prodi podrán estar en Viesgo y, al mismo tiempo, en el Consejo de Endesa. Por cierto, Pizarro no ha disparado su último cartucho en este punto, dado que ENEL también participa en Unión Fenosa Renovables.
El dinero no es problema para ENEL, el 60% de sus consejeros son nombrados por el Gobierno italiano, así que Conti tira con pólvora del Rey. El ejecutivo italiano considera que puede llegar al 3% y que nadie le podrá echar nada en cara: actúa a las órdenes directas de Prodi. Sus opciones son dos: o bien se trocea Endesa ante la posibilidad de una falta de acuerdo entre E.ON y ENEL, o bien la compañía alemana se retira.
Vamos con la segunda. Bernotat anunció que renunciaba a la desaparición de los blindajes, pero hasta el momento, y aunque se ha especulado mucho sobre la cuestión, mantiene la cláusula suspensiva del 50%. Es decir, que podría renunciar a la OPA si no obtiene la mitad del capital, algo que parece difícil. Si E.ON decidiera marcharse antes que arriesgarse a una lucha intestina en Endesa –un panorama que disgusta especialmente a su Consejo-, ENEL tendría el camino libre para tomar Endesa.
Seguimos con las chifladuras. El presidente de Endesa, Manuel Pizarro, intenta forzar al de Caja Madrid, Miguel Blesa, a través del Partido Popular, para que la caja no venda su casi 10% del capital y se quede en los órganos de gestión… apoyando a Pizarro y a E.ON. Dado que los alemanes quieren muchos títulos, cuantos más mejor, el empeño de Pizarro podía resultar ilógico, pero no del todo: lo que el número uno de Endesa prefiere es los "cuatro dieces por ciento", y por ello prefiere que Caja Madrid permanezca en el Consejo de Endesa.
Y la mejor locura. El ex consejero delegado del Santander, Ángel Corcóstegui se ha postulado como futuro presidente de Endesa. Recordemos que Corcóstegui es el responsable en España de la consultora Ronald Berger, que ha trabajado para E.ON. Según Corcóstegui, está claro que él sería un presidente capaz de aunar voluntades.
Los alemanes prefieren a un Pizarro en una etapa de transición –siempre que ganen- pero es que, además, Corcóstegui-Roland Berger han trabajado para Iberdrola, es decir, par la competencia, en su día aliada con Gas Natural y enemigos de E.ON en la pugna por Endesa: ¡Cosas veredes, Sancho! Está claro que vivimos la OPA del caos.