En la OIT afirman entender el plan de austeridad en el que está inmerso nuestro Gobierno. Pero no entienden que eso se deba pagar con la desaparición de la secretaría de Estado de Turismo. Máxime si tenemos en cuenta el peso que sobre el PIB y sobre el empleo representa el turismo en la economía española.
Pero es que además, no se entiende por qué los ajustes en el ministerio de Industria. Supuestamente la reorganización de la administración estatal se produjo en dos fases, una general y otra para Exteriores, para no interferir en el semestre europeo. Sin embargo, el decreto añade que se considera oportuno ampliarlo también a Industria. ¿Por qué no se hizo en su momento? Da toda la sensación de que Sebastián ha querido aprovechar la ocasión para hacer limpia en su ministerio. Y se ha llevado por delante, entre otros, al secretario de Estado de Telecomunicaciones, Francisco Ros, un técnico de Telefónica, con clara voluntad de regresar a la empresa privada para rentabilizar sus contactos políticos.