La celebración del día Internacional de la Mujer fue una buena oportunidad para reflexionar sobre el papel de la mujer trabajadora, sobre su dignidad y sobre las condiciones en las que se ejerce su trabajo.
A la constatación de que la crisis se ceba especialmente en las mujeres se añade el fenómeno de que las mujeres ya no son discriminadas por el hecho de serlo sino por el de ser madres, como ha demostrado recientemente un informe del Instituto de Política Familiar.
Un fenómeno especialmente preocupante si tenemos en cuenta que la tasa de natalidad en España es de 1,3 hijos y que las españolas confiesan que les gustaría tener más hijos. Por otra parte, no podemos olvidar la relación que se da entre la bajas tasa de natalidad y la quiebra del estado de bienestar. La primera tarea es sin duda educativa, pero esto no es incompatible con la urgencia de una ley de apoyo integral a la maternidad, que facilite la creación de una nueva mentalidad empresarial a favor de la conciliación entre trabajo y vida familiar.
Jesús D Mez Madrid