Banesto abrió fuego una vez más en la presentación de resultados del primer trimestre. Y lo hizo presentando un menor beneficio neto que en los tres primeros meses del año pasado: 210,9 millones de euros, un 3,1% menos. En su cuenta de resultados destacan unas pérdidas por deterioro de inversión crediticia de 79,7 millones de euros.
La morosidad ha subido para todos y, en el caso de Banesto, ha pasado del 0,59 al 1,97%. Es decir, que se ha multiplicado por 3,3, aunque sigue manteniéndose por debajo de la media del sector. Lo que desciende es la cobertura prevista para hacer frente a los dudosos.
Si mantuviera el ratio de cobertura del pasado año, Banesto tendría que haber dotado 3.188 millones de euros, es decir, 15 veces el beneficio del primer trimestre: en 2008 la cobertura era del 266,53%, mientras en 2009 es del 83,61%. Después de todo esto, Banesto subió un 6,1%, más que la media del sector bancario y el triple que el Ibex.
En cualquier caso, Banesto optó en su día por el truco de convertir los impagados en cartera de inversión. Su morosidad a día de hoy se habría ido acumulando si no fuera por el capotazo que le echó a Reyal. Después de vender Urbis a Reyal financiando la compra, el grupo Santander vio que el apalancamiento de la empresa era excesivo y que peligraba su supervivencia. Así que Reyal Urbis recibió un crédito ICO y Banesto se hizo con parte de los activos creando una sociedad conjunta llamada Prodomus, argumentando que venderían los pisos que la constructora no era capaz de colocar.
