Padezco una enfermedad rara, de esas que no tienen cura. A las preocupaciones que derivan de la enfermedad en sí, últimamente me ha sobrevenido otra que es ajena a ella: se trata de la mentalidad de muerte que empieza a respirarse en nuestro país con una insistencia espeluznante.
No es para menos temer la muerte, ser finalizada como dicen en Holanda, por un quítame allá esas pajas como el que ahora transcribo. Se trata de una entrevista realizada a Karel Gunning, presidente de la Federación Mundial de Médicos que Respetan la Vida, en la que relata la siguiente historia real: La mentalidad de muerte se ha convertido en norma entre los médicos holandeses. Conozco un internista que atendía a una enferma de cáncer pulmonar. Le sobrevino una crisis respiratoria, que hizo necesaria su hospitalización. La enferma se rebela: "No quiero la eutanasia", implora. El médico la lleva a la clínica y permanece a su lado. Después de 36 horas, la enferma respira con normalidad; las condiciones generales han mejorado. El médico va a dormir. A la mañana siguiente, no encuentra a su paciente: un colega la había "finalizado" porque faltaban camas libres.
Confío en que no lleguemos a estos extremos.
Mercedes Carreras Roviralta
merce_carreras@hotmail.com