Susanna Tamaro es una escritora italiana que, también, ha ejercido como asistente de dirección en el cine y ha realizado diversos documentales para la R.A.I.
Su obra: Donde el corazón te lleve fue traducida a más de 35 idiomas y, en España, vendió más de un millón de ejemplares. Después, le siguieron Änima mundi, El misterio y lo desconocido y varios títulos más que siempre han supuesto un éxito editorial. Eligió, hace unos años, irse a vivir al campo, en una casa de piedra, con un jardín y un huerto y animales en plena naturaleza, en la región de Umbría a la que llaman el "corazón verde" de Italia.
De Susanna Tamaro es esta frase: "Cuando crecí me dijeron que la verdad no existía. O mejor dicho, que había tantas como hombres hay en el mundo, y que buscar la verdad era una pretensión infantil, ingenua e inútil."
El ser humano, al ser racional, busca la verdad pero, como animal perezoso, se cansa y puede llegar un momento en que "decide" que todo es como a cada uno le parece y, entonces, cae en la mitología relativista que es la moda de ahora. Ser plural es manifestar que se valora la libertad de los demás pero el relativismo es un abuso de la libertad ya que deja a la inteligencia abandonada a su capricho.
Como muy bien dice el escritor y filósofo José Ramón Ayllón: "El relativismo convierte la ética sólida en ética líquida. Abre así la puerta al "todo vale" por donde siempre podrá entrar lo más descabellado, lo irracional. Con esa lógica, el drogadicto a quien se pregunta: ¿por qué te drogas siempre puede responder: ¿y por qué no".
El relativismo hace imposible la conducta ética. El asesinato de César le pareció a Bruto una demostración de amor a Roma y legítima defensa, así es que el asesinato puede parecerle al terrorista un acto de justicia y a la mujer que aborta le puede parecer interrupción del embarazo y no la supresión de una vida que comienza.
En una democracia, el consenso es deseable, algo muy positivo, y al mismo tiempo, hay que tener muy claro que existen ciertos temas en los que la mayoría se puede equivocar, es una de las limitaciones del consenso y la Historia lo demuestra. El filósofo José Antonio Marina afirma que "los hombres han estado mayoritariamente de acuerdo en colosales disparates" y que "el simple acuerdo no garantiza la validez de lo acordado."
Se oye mucho la recomendación de que hay que ser tolerantes, admitirlo todo, sin cortapisas de ningún género porque, de otra forma, se es un reaccionario, un involucionista. Una consecuencia inmediata de este tipo de actitud es el relativismo de los valores ya que todo estaría permitido. Realmente hace falta someter la moral de la tolerancia a sus justos límites.
De la misma manera que la ecología nos habla del respeto a la naturaleza y de la necesidad de conservarla, el ser humano debe respetar su propia naturaleza para no degradarla.
Los valores permanentes como la verdad, la dignidad humana, la ley moral natural, etc., no se crean sino que se descubren, son realidades que el hombre y la mujer de hoy han de tener la honradez de querer hallar.
Carlota Sedeño Martínez