El secretario General del Partido Socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, no deja de buscar las ocasiones para arremeter contra el Gobierno a propósito de la anunciada reforma de la ley del aborto que, el pasado sábado, aseguraba el ministro de Justicia "sigue adelante".
El líder de la oposición se reunía en un acto organizado por su partido "en defensa de los derechos de las mujeres" para insistir en su rechazo a la reforma e indicar que harán "todo lo que pueda" para que la propuesta del PP no llegue siquiera al Parlamento aunque reconoció que con sus 110 diputados "poco podrá hacer".
Rubalcaba volvió a su cantilena habitual: que la reforma de la ley conducirá a "clandestinizar" el aborto de manera que solo las mujeres con dinero podrán practicárselo mientras que las que no dispongan de recursos se arriesgarán a condiciones sanitarias muy malas e, incluso, pondrán en riesgo su libertad.
Por supuesto, nada dijo sobre la libertad del no nacido a la vida, que es cosa que los socialistas y la izquierda en general han olvidado en sus argumentos abortistas al anteponer la libertad de matar al hijo no nacido al derecho a nacer.
En este contexto, Rubalcaba apuntó que para lograr que la reforma de la ley no llegue a debatirse siquiera hace falta que los ciudadanos hagan saber que no la quieren" dando así a entender que una movilización de la sociedad podría frenar el propósito del Gobierno. Por el momento parece que lo está consiguiendo.
Pedro García