José Bono fue el único ministro del primer gobierno Zapatero que juró el cargo. De los tres que han tomado posesión este martes, ninguno lo ha hecho, todos han optado por prometer. Pero al margen del laicismo del Ejecutivo Zapatero ha llamado la atención el discurso de Rubalcaba agradeciendo al Presidente y a la vicepresidenta su nombramiento por conocer la intrahistoria.
Enigmático. Pero públicamente enigmático. Es verdad que Rubalcaba estaba cansado de hacer de apagafuegos de Zapatero y de equilibrista del PSOE en el Congreso. Pero eso no es suficiente para apelar a la intrahistoria. Más parece que lo que pretendía era llamar la atención sobre el enorme malestar de los socialistas históricos con la salida de Bono por la puerta de servicio. La herida sigue abierta.