Mientras, las delegaciones del Gobierno en Madrid y Sevilla prohíben manifestaciones similares por considerarlas actos políticos
La excusa podría ser cualquier otra, pero en este caso relacionan el Día de la Mujer Trabajadora con el aborto. Tal y como denuncia el Instituto de Política Familiar, el 8 de marzo tendrá lugar una manifestación abortista en Barcelona a pesar de ser día de reflexión. No sólo se permite, sino que la Generalitat de Cataluña y el Ayuntamiento de la Ciudad Condal la apoyan.
La Delegación del Gobierno en Madrid prohibió recientemente otra manifestación proabortista convocada en la misma fecha. Al ser recurrida la prohibición, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid confirmó la decisión. En su sentencia, el Alto Tribunal madrileño afirmaba que la barrera entre lo político y lo social "es muy tenue", y que históricamente las concepciones feministas han sido abanderadas por opciones políticas muy concretas.
El Presidente del IPF de Cataluña, Liberto Senderos, ha criticado la manifestación por tratarse de un acto de claro carácter político: "El apoyo y la financiación de su publicidad por el tripartito demuestra una vez más el sectarismo de la Generalitat, que en lugar de proteger la vida de todos los ciudadanos se dedica a fomentar el aborto con los impuestos de los catalanes".