Una vez más Profesionales por la Ética, aunque perteneciente a un grupo de cuyo nombre no quiero acordarme (bueno, sí que me acuerdo, se llama, o llamaba, Yunque) apunta bien y dispara mejor. Pretende crear un movimiento de oposición a la nueva Directiva Europea sobre Igualdad de Trato.

Como todo lo progre y como ocurre con la especulación financiera, todo empieza con algo buenísimo, que acaba corrompiéndose antes de nacer. La tal directiva nació como una forma de lucha contra la discriminación de discapacitados y ha terminado por ser un atentado contra la libertad bajo el sibilino principio del pluralismo.

La directiva europea sobre igualdad de trato no es más que una norma liberticida contra aquel que crea en algo
La palabra pluralismo es genial mientras se interprete correctamente: el pluralismo externo es buenísimo, pero el pluralismo interno es pensamiento débil o reducción del hombre a la irracionalidad, amén de atentatorio con la libertad, que procede del alma racional. Me explico: pluralismo externo es que, en un mismo país, en un régimen, haya partidos políticos de la más diversa catadura, cada uno con su propia cosmovisión, mejor o peor, compitiendo con otros idearios y cosmovisiones.

Ahora bien, si resulta que lo que cada partido político pretende es introducir todos esos idearios en su propia amalgama entonces en lo que está cayendo es en la esquizofrenia: pensar algo y su contrario. Y así con todo: familias, medios informativos, enseñanza, investigación, arte, etc...

Y la consecuencia es la directiva de igual trato que acertadamente denuncia Profesionales por la Ética: se empieza pidiendo igual trato para una discriminación natural, como son las minusvalías y se acaba prohibiendo que una confesión religiosa sea coherente con su cosmovisión dado que se ve obligada a aceptar todas las cosmovisiones, incluidas las opuestas. Esquizofrenia pura. Se prohíbe, por ejemplo, que una ONG dedicada a facilitar la adopción trabaje sólo para ofrecer a un padre y una madre, y no a una pareja homosexual.

Por lo demás, el pluralismo interno no deja de ser una forma más de pensamiento débil; es decir, de ausencia de pensamiento en grado alguno. O sea, la chifladura manifiesta.

Sí, Juncker (en la imagen) debería suprimir esta directiva, que es liberticida, so pretexto de libertad. Ocurre que Juncker es un financista, y a los amantes de los mercados les viene muy bien lo del pluralismo interno, porque lo que importa en los mercados financieros no son las ideas sino el dinero.

La Directiva Europea sobre Igualdad de Trato no es más que una norma liberticida contra aquel que crea en algo.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com