Página 12 es el diario argentino más roji-progre, mientras Clarín se quedaría en progre-progre. En cualquier caso, observen el presente artículo, en la que la astuta reportera ha localizado a una ONG española que ofrece formación pero una sexualidad responsable, lo cual, según la firmante Mariana, es ferozmente anti-científico. Merece la pena detenerse sobre la afirmación de la periodista de que el condón evita el SIDA. La verdad es que el único que aporta un argumento ‘científico' es el denostado Cárdenas, cuando alude a lo que antes han aludido tantos y tantas: Es más, el CIAS está "alineado con el Vaticano", lo cual, sin duda, es muy grave, al tiempo que genera confusión entre los jóvenes y de fundamentos científicos. Lo dice Mariana.

Ahora bien, lo que se demuestra con la información del diario argentino es que la apelación a la ciencia ha dejado de tener valor alguno. Desde que se popularizaron los "PC's", es decir, los prestigiosos científicos, cada medio informativo, cada partido, cada asociación, dada fracción, otorga al adjetivo científico a quien le viene en gana. En términos posmodernos, podríamos decir que "no hay consenso" al respecto, por lo que la invocación a la ciencia ha dejado de tener sentido alguno. Una pena, pero qué le vamos a hacer. Al final, hay que recurrir al sentido común, pero éste es bien escaso en la naturaleza.

Por ejemplo, en la prensa progre, RTVE, sin ir más lejos, el embrión no es más que un conjunto de células, y la persona comienza a existir 14 días después de la fecundación, o en la implantación. ¿Por qué? Pues porque lo dice la progresía, naturalmente. O sea, científicamente, si ustedes me entienden.

"Dios está con nosotros" ("Got mit Uns") llevaban impresos los soldados alemanes en su uniforme durante el nazismo. Pero se equivocaban: Dios está con los progresistas, o, al menos, es la ciencia la que está con los progres. Y sobre este punto no hay la menor duda, y buena prueba de ello es que son los progres los que deciden qué cosa es científica y cuál no lo es. Irrefutable. O mejor, tautológico.

Eulogio López

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