Hablamos de una sola Suez, la que quiere comerse a Suez y la que quiere comerse a Gas Natural. Y si le dejan, bajo la sombra de la alianza con Iberdrola, se comerá a la eléctrica.
Como explicábamos ayer, La Caixa, a la que tampoco le viene mal la liquidez de vender Agbar, está dispuesta a ceder la empresa de aguas a cambio de que Suez se vaya de Gas. Los franceses, siempre fulleros en las negociaciones, aseguran que están dispuestos a vender el 2,5% de GN pero se reservan más del 5%. Al tiempo, con caradura gabacha, continúan bloqueando la expansión de GN en Francia y se han hecho con el segundo gasoducto del Magreb, dentro de una pinza franco-argelina contra España.
Pues bien, Caixa no debe ceder Agbar. Es más, debe hacerse con el control de HISUSA, y Galán debe tener mucho cuidado con su alianza nuclear con Suez. Que recuerde Ignacio Galán la celada que le tendió EDF con el apoyo de la insensatez de ZP y la ambición de Florentino Pérez (¡Oh capitán, mi capitán!).
Sencillamente, en las batallas entre Francia y España siempre ganará París, porque ellos no se pasan el día planteándose su identidad y protegen a sus empresas en el interior y en el exterior. Frente a este ejército bien organizado, España sólo opone una empresa basada, como el conjunto del país, en una permanente guerra civil. Recuerden el caso Endesa. Y así no hay quien venza.
Eulogio López
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