En el sector de la construcción se está librando la batalla económica más interesante del año. Una vez que los franceses de Vivendi abandonan FCC, han surgido, al menos, tres novios para la primera compañía de servicios de España: la Acciona de los hermanos Entrecanales, la Ferrovial de Rafael del Pino y Sacyr Vallehermoso, cuya estrategia la marca Luis del Rivero.
La clave consiste en que Esther Koplowitz controla el 51% de la sociedad que posee el 52% de FCC. Una escalera en cascada que, en principio, le otorga todo el poder en la empresa. Ahora bien, aunque doña Esther no tiene prisa y manifiesta que mantendrá la independencia de la empresa que heredó de su padre, Ernesto Koplowitz, lo cierto es que está lógicamente interesada en saber a quién venden los franceses y tiene una idea muy clara: no quiere que sean los hermanos Entrecanales quienes compren a Vivendi. Doña Esther está bastante enfadada con José María y Juan Entrecanales, quienes, sin pedirles permiso, entraron en el accionariado de FCC por la puerta de atrás. Oficialmente, controlan un 8% de FCC, aunque otras fuentes elevan esa cantidad hasta el 12%. Si sobrepasaran el 10% deberían comunicarlo a la CNMV.
No, la gente de FCC ha hablado con Rafael del Pino. Ahora bien, Ferrovial sólo acepta hacerse con el control de FCC, una empresa muy complementaria con Ferrovial. De hecho, sigue siendo el mejor candidato y el que dispone de mayor liquidez para afrontar la operación. Sólo que Esther Koplowitz no está dispuesta a tirar la toalla.
Queda Sacyr Vallehermoso. Si Luis del Rivero aceptara comprar la participación de Veolia-Vivendi, Esther Koplowitz firmaría mañana mismo, pero, en primer lugar, es mucho dinero para Sacyr y, además, Sacyr no quiere comprar un paquete minoritario, sino ir a una fusión entre ambas compañías, que es cosa bien distinta.
Así que mientras los Entrecanales quieren opar, Rafael del Pino comprar y Sacyr fusionarse, doña Esther les pide calma a los franceses antes de tomar una decisión. Desde luego, les va a costar.