El presidente argentino, Néstor Kirchner, ha tratado de "vender" su visita a España bajo los epígrafes inmigración y turismo. Sin embargo, ambos temas de la agenda política no son sino "humo" para lo que realmente motiva la visita. Kirchner necesita compromisos de inversión por parte de las "privatizadas". Y más aún, necesita que estas empresas anuncien esos compromisos de inversión para que el mandatario argentino pueda regresar a su país con algo que ofrecer a sus conciudadanos. A cambio, estaría dispuesto a renegociar las polémicas tarifas que mantienen congelados los negocios de las compañías de servicios públicos. Según han manifestado a este diario fuentes cercanas a la visita, Kirchner "se siente ahora políticamente más fuerte que en junio. No tiene que demostrar nada frente a militares o empresarios y, probablemente, mantenga una actitud mucho más dialogante que la manifestada en el anterior encuentro ante la CEOE".

De momento, el programa funciona según el esquema previsto. El presidente José María Aznar, "habla de su libro" e insiste en la necesidad de la subida de tarifas. Por su parte, el presidente de la CEOE, José María Cuevas, afirma que habrá nuevas inversiones, además de las ya anunciadas, y refuerza la apuesta por "la nueva Argentina" que representa Kirchner. Empalagoso. ¿Era necesaria tanta cremita?

En relación al "humo", Kirchner presentó ayer martes 27 un libro en el Círculo de Bellas Artes sobre las dificultades de los inmigrantes argentinos en España. El diario Clarín apoya la estrategia gubernamental publicando desde hace varias jornadas sendos reportajes sobre los problemas que sufren nuestros hermanos argentinos cuando arriban a la "madre patria". No estaría mal que el Gobierno español tomase nota por responsabilidad histórica y por interés. Muchos argentinos vienen a España con ánimo de crear negocios, se enfrentan a la "máquina de frenar" que es la Administración y acaban abandonando su intento e instalándose en Londres.

La otra parte del fuego de artificio del platero es el turismo. Kirchner viene a Madrid acompañado de su ministro de Turismo, Enrique Meyer, un hombre fiel al presidente, que le ha acompañado en todo su recorrido político desde hace décadas. El desempeño del turismo argentino ha sido espectacular en los dos últimos años como consecuencia de la devaluación monetaria. Sin embargo, no supone más de 300 millones de euros anuales, una cifra en la que no puede descansar el modelo de desarrollo argentino. No obstante, tanto Kirchner como Meyer han acudido a Fitur y han entregado a SM el Rey la Guía Repsol de la Argentina. Un gesto publicitario que nada tiene que ver con el hecho de que haya sido Repsol quien haya organizado y pagado el viaje del presidente argentino.