Oriol Junqueras (en la imagen) ha comparado la desobediencia civil que proyecta para el 9 de noviembre con la labor de Martin Luther King por la igualdad de las razas en Estados Unidos. Hombre, hay una diferencia: Luther King era un civil. Por tanto, practicaba la desobediencia civil. Ahora bien, un partido político, ergo un gobernante, en este caso 'gobernante parlamentario' no anima a la desobediencia civil sino a la desobediencia política. Es decir, anima a abjurar de lo que es su profesión: hacer leyes y cumplirlas. Y eso no está bien, Oriol.

En plata, proponer desobediencia civil pueden hacerlo los civiles. Para ser exactos, todos los catalanes... menos los políticos catalanes. Porque entonces ya no sería desobediencia civil, se llama prevaricación.

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