El PSOE prefiere dejar caer a Gómez en Madrid y dar cuatro años más a Esperanza Aguirre

Puede que enfrentarse a Zapatero fuera, como dijo Rubalcaba, el principal valor político de Tomás Gómez. Pero el atrevimiento tiene un precio. El secretario general del PSOE no tuvo más remedio que aceptar las primarias y venderlas como ejemplo de democracia interna, aunque ni mucho menos aceptó el resultado. A Gómez le apareció un problema de corrupción en sus filas (no económica, cierto) y el PP se le echó encima, como era de esperar. Lo que no es tan frecuente es que los miembros de tu propio partido también te dejen tirado.

Este lunes, el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, tuvo la oportunidad de defender a Trinidad Rollán cuando le preguntaron si debía presentarse a las elecciones como número dos de Tomás Gómez. En la primera intentona Jáuregui respondió simplemente que los afectados por el caso no iban a presentarse. En la segunda intentona, preguntado por su opinión personal, Jáuregui afirmó que su opinión personal no era relevante.

El PSOE prefiere dejar caer a Gómez en Madrid y dar cuatro años más a Esperanza Aguirre. Una lección que deberán aprender quienes en el futuro osen oponerse al aparato del partido. Le ocurrió a Gómez Navarro cuando, tras criticar la política económica de ZP, perdió su principal fuente de ingresos con la eliminación de pago obligatorio de cuotas a las cámaras de comercio.

Desde que Alfonso Guerra pronunciara su famoso El que se mueve no sale en la foto, las cámaras han pasado del revelado a la imagen digital, pero el PSOE sigue siendo el mismo.

Mariano Tomás

mariano@hispanidad.com