Sr. Director:
Cierto sector del activismo homosexualista, conocido por sectario, extremista y ferozmente laicista, quema en su hoguera particular a quienes no piensan como ellos.

Un caso cristalino lo tenemos en el despellejamiento sufrido contra la Iglesia Católica o contra el Partido Popular. O piensas como ellos, o eres un homófobo sin derecho a nada. Es, digámoslo, la inquisición rosa o gay, subvencionada generosamente por el Gobierno de Zapatero.

No hay película, programa o teleserie que no se precie de exaltar el fenómeno gay, criminalizando o censurando quienes ven horrorosas las cabalgatas anuales del "orgullo", que se han convertido en obscenas y chabacanas ofensas al buen gusto, pagadas además con dinero público. El homosexualismo por imposición, durante estos desfiles, no se corta en sus pancartas con ofensas a  obispos, la Virgen María o el Papa, contrastando con el repugnante silencio hacia países musulmanes donde está penado con la muerte las prácticas homosexuales.  Ellos saben a quiénes pueden atacar.

Quién no se pliega a los dogmas impuestos por lo políticamente correcto del homosexualismo, no aceptando como matrimonio lo que no puede ser, o adopciones de niños por personas del mismo sexo, es carne de cañón de la intolerancia.

Ser calificado de homófobo es lo menos que te puedes esperar.

Isabel Bermúdez Espejo 

bermudezespejo@yahoo.es