Aumenta el número de templos destinados a usos no religiosos para evitar su desaparición
El diario Negocio recoge en su contraportada una de las últimas tendencias europeas: convertir iglesias en hoteles restaurantes o librerías. En España ya hay alguna iglesia convertida en restaurante y, sin ir más lejos, el Palacio del Senado es un antiguo convento de los Padres Agustinos Calzados. El principal argumento es que hay que proteger el patrimonio histórico y la Iglesia no alcanza a restaurar todos sus edificios.
La arraigada religiosidad parece más bien un factor en contra. Algunas catedrales españolas son auténticos museos donde, como en la de Barcelona, no se puede entrar a rezar sin pagar. En Dublín, el conocido pub restaurante The Church tiene su sede en la antigua iglesia de St. Mary