Oficialmente no sería una ruptura, sino un aplazamiento indefinido. Y no porque el déficit del fondo de pensiones de los empleados de British Airways (BA) a 31 de marzo ha sido resultado aún peor de lo esperado -4.000 millones de euros-. Sino porque el sector está en situación calamitosa: caída de viajeros, programas de reducción de costes, aplazamiento en la renovación de flota e incluso retirada de aviones en servicio: una debacle que no sólo afecta a los dos contrayentes sino a todas las compañías de todos los sectores.
En esas circunstancias se impone un paréntesis. Ambos equipos directivos se dieron hasta el 31 de marzo para tomar una decisión y se han negado a tomarla durante los consejos de abril (el próximo tendrá lugar en Iberia el 29 del presente mes) pero el asunto no mejora. Ahora lo que se imponen son planes de choque para reducir costes y rehacer el balance. El próximo martes 12 Iberia presentará resultados del primer trimestre. Con números rojos más abultados que un año atrás. No, no es el momento para pensar en bodas.