La amortización de capital beneficia a los accionistas pero perjudica a la empresa. Al Igual que Ferrovial, Acciona y Sacyr, ACS ha puesto en venta todo lo vendible.
Con la posible excepción de FCC y la pequeña OHL, lo cierto es que las cuatro grandes constructoras españolas atraviesan momentos muy difíciles. La deuda a 30 de septiembre de Ferrovial es sencillamente pavorosa, al igual que las de Acciona. ACS afirma que a 30 de septiembre su deuda es de 9.296 millones de euros pero de esa cantidad ha desparecido la aparejada a la venta de Unión Fenosa, una operación aún no realizada, y que elevaría el total de deuda hasta los 17.462 millones de euros. De la misma forma, Sacyr, figura ya, tras la venta de Itínere, con 12.476 millones.
Ahora bien, el problema de ACS no sólo es la deuda, y tiene dos nombres: Iberdrola y la constructora alemana Hochtief. El asalto a Iberdrola de Ignacio S. Galán ha puesto contra las cuerdas a ACS otra empresa que compró a crédito (tanto Fenosa-Santander- como Iberdrola -BBVA-). ACS compró un 7,2% del capital de Iberdrola a un precio medio de 9,2 euros por acción y ahora vale 5,7. Otro 5,2% del capital son derivados y vencen el próximo día 13 de diciembre. Y tendrá que renovarlos si no quiere enfrentarse a una severísima minusvalía. Ahora mismo, en Iberdrola, Florentino Pérez ya acumula una minusvalía de 1.400 millones de euros.
Sobre la constructora alemana Hochtief, de la que ACS posee el 25%, sólo decir que el 1 de enero cotizaba a 91,5 euros, por los actuales 28,5. Sin comentarios.
El miércoles 3 hay junta extraordinaria de la constructora que lideran Florentino Pérez, Los Albertos y los March. Se pretende amortizar capital en un 5%. Una media que beneficia a los accionistas y que posibilitará a los tres grandes para achicar deuda personal. Ahora bien, la reducción de capital perjudica de forma evidente a la empresa y al ratio de deuda, al mermar sus fondos propios en un momento en le que, en efecto, los fondos propios y la deuda constituyen la clave del negocio.
No es de extrañar que Florentino haya puesto en vena todo lo vendible, que no es mucho, dado que todo aquello que cotiza o hace con fuetes minusvalías. Al igual que Sacyr, Ferrovial o Acciona, ACS vende divisiones y espera cobrar el pago de Unión Fenosa. Iberdrola es inaccesible y, además, como el ha ocurrido a Sacyr con Repsol, es obligatorio venderlo. El problema es: ¿A qué precio?
Y es que afronta 2009 con unas minusvalías imposibles de sortear que le tienen atrapado en Iberdrola y Hochtieff a lo que hay que unir un calendario de vencimientos de deuda a medio plazo verdaderamente preocupante: 880 millones en 2009, 5.400 en 2010, 1.293 en 2011 y 7.850 en 2012.