Patético, ridículo, lamentable, el papelón del presidente del Banco Central Europeo, el italiano Mario Draghi, para ocultar que se ha convertido en una marioneta alemana, de ese nuevo IV Reich que pretende imponer Angela Merkel (en la imagen): un continente que no es una unidad supranacional, sino un banco. Los Estados Unidos de Europa que vislumbraron los padres fundadores, se ha ido al garete: aquí solidaridad ninguna.

Cuando a las 14.30 horas del jueves, Mario Draghi aparecía ante los periodistas lo hacía nervioso, susceptible hasta el absurdo. Como cuando acusó a los periodistas de no leerse sus declaraciones sobre las prometidas medidas.

¿Qué había pasado? Muy sencillo: que el IV Reich de esta Aleuropa, había impuesto de nuevo su rodillo: el vicecanciller y ministro de Economía alemán, Philipp Rösler, se envolvía en la bandera nacional y aseguraba que no se debían comprar bonos italianos y españoles. De esta forma España seguirá pagando el 7% mientras Alemania pagará el 1%.

Más allá llegó el inefable presidente del Bundesbank, el caradura de Jens Weidmann, quien recordó a Draghi, horas antes de que se reuniera el sanedrín de Fráncfort, de que el Bundesbank era quien más peso tiene en el BCE. Esto no es una Europa democática ni solidaria: en Aleuropa, donde el IV Reich impone su ley y se comporta como una sanguijuela extorsionadora de los países del sur: no es una unidad supranacional, es un banco.

Naturalmente, los mercados sí que entendieron muy bien a Draghi: la bolsa se derumbó, la prima de riesgo se disparó y ninguna de las reformas de Mario Monti y Mariano Rajoy, dolorosas para italianos y españoles, servirá para nada, porque se lo comerán unos especuladores que benefician a Alemania y hunden a España.

 

 

Dudo que Mariano Rajoy sea lo suficientemente valiente como para afrontar lo que debe afrontar. Lo dudo también de Mario Monti. En cualquier caso, a nadie se le escapa que la única posibilidad de subsistir sería salirse del euro y volver a la peseta, a la lira. Alemania no se lo creen por eso continúa extorsionando a los países financieramente más débiles. Pero no, Rajoy ha vuelto a demostrar su escasa talla política: está muy contento de la bofetada recibida y estará muy atento a las medidas que adopte el BCE. Pues que bien.

Por cierto, el mamporrero Mario Draghi aseguró que si Italia y España, quieren que compre bonos, y no el BCE, sino los fondos europeos, tendrán que pedirlo. Es el mismo jueguecito del absurdo rescate a los bancos españoles. Primero lo pides y luego, a cambio de los créditos blandos, que no regalos. Luego, Europa es decir, Berlín, te impone las condiciones más feroces que se pueda. Se trata de crear protectorados de Alemania en toda la periferia europea. Hitler hacía algo muy parecido.

Eulogio López

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